10 mujeres inventoras cuyas creaciones mejoraron tu vida


CULTURA

Las mujeres que hicieron historia en los tiempos en los que para registrar una marca o patente debían recurrir a sus maridos o hermanos

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ROSA VARONA

MARIE CURIE

No hay científica en la historia que haya superado en reconocimiento y fama a Marie Curie, radioquímica francesa que tuvo que desafiar a las convenciones de todo un país -Polonia- para poder dedicarse a investigar -en sus tiempos, las mujeres no podían ir a la Universidad-. Despuntó tanto en sus investigaciones sobre radiación que fue la primera mujer en ganar el Premio Nobel en Física en 1903 y en 1911 el Premio Nobel en Química. ¿Qué se le atribuye como hallazgo más importante? El descubrimiento del polonio y del radio y la invención, sin ir más lejos, de la palabra “radiactividad”.

LILLIAN MOLLER GILBRETH

Lillian Moller Gilbreth destacó en la ingeniería industrial porque fue la primera la primera verdadera psicóloga industrial, una de las primeras ingenieras que obtuvo un doctorado y la primera mujer elegida a la Academia Nacional de Ingeniería de los Estados Unidos. A ella debemos el cubo de basura de pedal y los estantes de la nevera. Tuvo una vida larga y prolífica con una espectacular carrera profesional que combinó con ser madre de 12 hijos. Gracias a su extensa familia Lillian tuvo una gran visión para saber qué se necesitaba en una casa.

STEPHANIE KWOLEK

Como Curie, otro talento polaco, en concreto polaco-estadounidense, que destacó en el campo de la química. Kwolek inventó la fibra fuerte, delgada y versátil conocida como Kevlar®; con ella se hacen los chalecos antibalas, los casos militares y otros materiales incluso espaciales, porque tiene es hasta cinco veces más resistente que el acero. Kwolek falleció a los 90 años en 2014.

MELITTA BENTZ

De ama de casa a potente emprendedora, ¿por qué? Porque Melitta Bentz supo detectar una necesidad: la de beber un café mejor filtrado y por tanto más delicioso. Melitta no solo facilitó enormemente el proceso de filtrado con los filtros de café antigrumos, un invento patentados en 1908, sino que se convirtió en una empleada de éxito en cuya compañía era un lujo trabajar por las geniales condiciones en las que tenía a sus empleados (pagaba horas extra, daba vacaciones, no hacía trabajar los fines de semana…)

HEDY LAMARR

Esta actriz austriaca fue toda una estrella en la denominada “edad dorada” de Hollywood. Pero además de ser una famosa actriz de cine, también era una apasionada de la ciencia. Sin formación científica alguna más allá de su afán por el conocimiento, entre los primeros inventos de Lamarr podemos encontrar cosas tan dispares como semáforos mejorados o una pastilla que se disolvía en agua para crear una bebida carbonatada. A pesar de que ambos fueron fracasos absolutos, Lamarr se esforzó un poco más y con ayuda del compositor y pianista George Antheil, pionero en la música mecanizada y la sincronización. Juntos diseñaron y desarrollaron un sistema de guía por radio, ideado como solución para la II Guerra Mundial. El sistema empleaba el espectro radiofónico y las frecuencias para poder detectar cualquier ataque. Utilizando rollos de papel perforado, la frecuencia de comunicación cambiaba aleatoriamente entre 88 valores diferentes, asemejándose a cómo funciona un piano, utilizando secuencias que solo podrían conocer quienes poseyesen la clave requerida. Sin embargo, el sistema no comenzó a utilizarse hasta los años 60, pero fue esencial para el desarrollo de otras tecnologías modernas, como el Wi-Fi y el Bluetooth. En 2014, ambos inventores entraron en el Salón de la Fama de Inventores.

MARTHA COSTON

Martha Coston fue una de las mujeres que participaron directamente en la Guerra Civil norteamericana. Viuda desde que tenía 21 años del joven inventor Benjamin Coston la joven tuvo que encontrar la manera de proporcionar sustento a sus cuatro hijos, y precisamente de esas situación de desesperación nació su invento más conocido y relevante: un sistema “inalámbrico” de señales marítimas utilizando fogonazos de diferentes colores que posteriormente ayudaría al Norte a ganar la guerra. La idea la tomó de las viejas notas que guardaba su marido, cuyo plan preliminar no funcionaba. Martha decidió mejorarlo y finalmente diseñó y patentó el sistema con éxito en 1859. Tras algunas mejoras, Martha vendió su invento a todo tipo de empresas marítimas alrededor del mundo. La joven inventora no fue tan conocida como su contemporáneo Samuel Morse, inventor del telégrafo y el famoso código Morse, pero fue la primera en diseñar este tipo de sistema de comunicación.

RUTH HANDLER

Si os decimos el nombre de Ruth Handler, probablemente no os diga nada. Sin embargo, es el cerebro detrás de la muñeca más famosa de todos los tiempos: la muñeca Barbie, todo un icono y símbolo inequívoco de varias generaciones. Después de que su marido decorara su casa con muebles de novedosos materiales plásticos como eran el plexiglás y el polimetilmetacrilato, Ruth le sugirió convertir esa habilidad en un negocio. Durante la II Guerra Mundial, nació la empresa Mattel, que se dedicaba a la fabricación de instrumentos musicales de juguete. Sin embargo, en un viaje por Europa con sus hijos, Barbara y Ken, vio en una tienda unas muñecas que nada tenían que ver con los muñecos bebé que se vendían en Estados Unidos. Inspirada, Ruth creó a la muñeca Barbie. La muñeca, sus incontables trabajos y sobre todo, su colección de vestuario, convirtieron a la muñeca en todo un éxito de ventas, y pronto se convirtió en todo un icono que pretendía reflejar la ambición de las mujeres de la época, e hizo a Mattel la empresa referencia del sector de los juguetes a nivel mundial.

MARY ANDERSON

Los intereses de Mary Anderson estaban bastante diversificados, y sus negocios estaban repartidos entre el mundo inmobiliario y temas tan dispares como los ranchos y la viticultura. Sin embargo, pocos atribuyen un invento tan esencial a una mujer a la que todo se le ocurrió durante un viaje. Mientras visitaba la ciudad de Nueva York durante el frío invierno de 1902, la joven decidió utilizar el transporte público. Durante el viaje, el tranvía tuvo que parar en varias ocasiones para poder despejar la nieve de las ventanillas y poder continuar su trayecto. Intrigada por este hecho, que hacía que todo el sistema de transporte se retrasara, decidió investigar más a fondo. Al regresar a casa, contrató a un diseñador que creó un dispositivo de accionamiento manual para mantener un parabrisas limpio, y una compañía de la zona comenzó a producirlo. El invento, el limpiaparabrisas, se patentó en 1903, y a partir de ese momento Mary se dedicó a hacerle mejoras. El invento de Mary se cruzó en el camino de Henry Ford, que lo incorporó a sus coches Ford T. El invento revolucionó el sector de la automoción, y fue posteriormente adoptado como equipo estándar en todos los coches.

BELUAH LOUISE HENRY

Beulah Louise Henry es, sin duda, la más prolífica de cuantas tenemos en esta lista. Sus inventos fueron tantos que la norteamericana se ganó el apodo de Lady Edison. Desde 1903, la joven inventora comenzó a conseguir patentes por algunas de sus creaciones. Entre otras cosas, se le atribuyen unos 115 inventos, de los cuales los más famosos son la heladera, las esponjas de jabón para niños, la primera máquina de coser sin bobina,una máquina de escribir capaz de escribir en cuatro documentos, llamada “protografía”; además de tener mucho éxito en la comercialización de productos como paraguas o muñecas para niñas. Fue muy conocida en los Estados Unidos, y las empresas se la rifaban para que fuesen a trabajar con ellos.

JOSEPHINE COCHRANE

Si hay alguien a quien tenemos que agradecer que una tarea tan pesada como lavar los platos sea más sencillo, es a la inventora norteamericana Josephine Cochrane. Nieta de un ingeniero inventor de un barco a vapor e hija de un ingeniero hidráulico, se casó muy joven con un comerciante, que le aseguró una vida de lujo. Al joven matrimonio le encantaba dar fiestas y copiosas cenas en su casa, pero Josephine pronto se dio cuenta que sus sirvientes fregaban los platos sin cuidado, y le estaban destrozando su costosa vajilla. Se negó a dejar que tocaran las piezas, e inspirada por antiguos intentos de otros inventores que trataron crear sin éxito una máquina que lavara la vajilla, decidió emplearse a fondo en mejorar esos inventos frustrados. Una de esas geniales ocurrencias fue el primer lavavajillas que funcionó con éxito, una máquina de tracción manual que patentó y con la que se hizo con el premio a “la mejor construcción mecánica, duradera y adaptada al ritmo de trabajo” en la Exposición Universal de Chicago en 1893. Pronto cientos de restaurantes y hoteles hicieron pedidos, por lo que Cochrane decidió patentar su invento y comenzar a producirlo a gran escala, aunque no fue un electrodoméstico habitual en las casas hasta la década de los 50.

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