La Coral de Bilbao fue el primer coro de España en admitir mujeres en sus gradas
Durante los ensayos del mes de octubre de 1905 la Coral de Bilbao estrenó una “sección de señoritas” con 27 voces femeninas, que serían el embrión del Coro Mixto de la Coral de Bilbao. Como tal se presentarían los días 24 y 27 de marzo de 1906 en el Teatro Arriaga. La llegada de las mujeres al coro incrementó en un centenar el número de coralistas alcanzando la cifra de 284 elementos al término de ese año. Sin embargo, las críticas fueron constantes y pasarían algunos años hasta que la situación se viera como normal. La sección de mujeres solo actuaría con el coro cuando las veladas y conciertos se celebrasen en Bilbao y de manera extraordinaria, “por razones altamente artísticas”, acompañarían al coro fuera de la Villa si una Junta General de la Sociedad celebrada con carácter extraordinario decidiera la idoneidad del proyecto.
La aspiración de incorporar a las mujeres al coro surgió casi con la fundación de la Coral. Así, en 1887, un año después del nacimiento de la Coral, consiguieron la colaboración de 26 “señoritas” para interpretar el “Stabat Mater” de Nicolás Ledesma en concierto sacro. Las críticas fueron brutales, pero los responsables de la Coral las incorporaron como “socios de mérito”, no pagaban pero no tenían los derechos de los señores socios. En 1891 se creó una clase especial de solfeo para ellas, no sin pocas reticencias incluso internas, pasando de esta forma a ser orfeonistas con los mismos derechos que sus compañeros. Los problemas continuaron y la incomprensión agudizó la crisis lo que impidió que actuarán en demasiadas ocasiones. Así las cosas, en 1993 desapareció la “sección de señoritas” dando paso a un coro de niños que permitiera, con sus voces blancas, afrontar el repertorio sin necesidad de mujeres. Francia, Alemania y Suecia ya contaban con algunos coros mixtos idóneos para interpretar la Novena Sinfonía de Beethoven, el Requiem de Berlioz, Mozart, Saint-Saëns… Eran la vanguardia en el movimiento coral.
Pero desde 1906 el anhelo de Aureliano Valle, director de la Coral, de contar con voces femeninas en el coro que le permitiera afrontar el amplio catálogo sinfónico coral, se convirtió en una realidad, siendo el primer coro del estado en asumir ese formato. Eso le permitió en los 10 años siguientes a la creación del coro mixto estrenar en España 12 grandes obras entre las que destaca “Un Requiem Alemán” de J. Brahms, “La Pasión según San Mateo” de J. S. Bach, “La Condenación de Fausto” de H. Berlioz, así como varias obras de Cesar Frank, de Robert Schumann, de Richard Wagner o de George Bizet. Y desde entonces, las sopranos, las contraltos y las mezzos ocupan su lugar en la grada de la Coral.
En 1911 se celebró en algunos países la primera jornada reivindicativa dedicada a la Mujer Trabajadora. Pasaría más de setenta años antes de que se celebrara en España. Hoy2 Día de la Mujer”, sirva estas líneas para recordar a aquellas intrépidas “27 señoritas” que se atrevieron a sumar sus voces al coro del orfeón bilbaíno, y a aquellos audaces señores que abrieron el coro a las mujeres en aras de alcanzar una mayor belleza con su canto.