Las mujeres no follan


Roy Galán nos hace reflexionar

Las mujeres no follan.
Porque están educadas en complacer.
Porque socializan con el peso de la culpa y la vergüenza sobre sus propios deseos.
Porque una mujer que desea es poderosa.
Es libre.
Y si algo pretende el machismo es coartar la libertad de las mujeres.
Verónica tenía 32 años, estaba casada y tenía dos hijos.
El sábado se suicidó porque un vídeo en el que aparecía ella con contenido sexual, que le había mandado hace cinco años a su exnovio, se había compartido y hecho viral en su entorno de trabajo. Juzgándola y burlándose.
Verónica se quitó la vida por ser mujer.
Porque si Verónica hubiera sido un hombre en ese chat, en esas miradas, lo que hubiera obtenido sería reconocimiento, vítores, aplausos.
Porque los hombres que follan son unos cracks.
Y si ellas «se dejan follar» son unas guarras.
Esto es violencia machista y como tal debería ser tratado.
Esto es un asesinato social.
Uno que apela a esa cosa tan frágil como es la reputación femenina.
Siempre en manos ajenas como un muñeco vudú para poder clavarle alfileres para herir a las mujeres.
Esta es la prueba de que el chat de la manada también es el chat de tus compañeros de trabajo.
Necesitamos hombres valientes que se enfrenten en esos chats de tíos.
Que paren los pies a sus «colegas», que no les rían las gracias, que no se quieran hacer los machotes frente a los demás, que no tengan miedo a que alguien dude de su masculinidad si señalan que algo está mal.
Porque no eres menos hombre por no cumplir como hombre en un entorno de hombres en el que se presupone que tienes que demostrar que te gustan las mujeres.
Diciendo lo que le harías si la tuvieras delante o debajo (nunca detrás) y justificando tu cuota de hombría.
No frenar eso te convierte en un cobarde.
Verónica no tenía que pedir perdón por estar viva y buscar su placer.
A nadie.
Ojalá llegue un día en que el que a ninguna mujer en este mundo se la intente humillar.
Por disfrutar.

Y continúa

Me hace gracia el pretexto de «lo irrefrenable» por parte los hombres.

Porque no deja de ser un privilegio más.

Ese que disculpa al hombre porque no sabe, porque es un eterno niño, porque no puede controlarse, porque los hombres son así, porque ellos no cuidan, ellos no hablan, ellos no lloran, ellos no pueden no compartir un vídeo con contenido sexual en el que aparece una mujer.

Porque parece que las mujeres están ahí para eso.

Para ser compartidas por hombres.

Es ridículo decirle a una mujer que es víctima de un delito contra la intimidad que la culpa es de ella por grabarse y no de los hombres que lo comparten.

Es como si le dices a un hombre víctima de un robo en su casa que la culpa es de él por tener casa y no del ladrón que es que como es un ladrón no puede evitar robar.

Los hombres están siempre llenos de excusas.

Excusas para no revisarse, para no hacerse cargo de algo, para no asumir nunca nada.

Estoy harto del no todos los hombres y las mujeres también.

Harto de que cada vez que una mujer sufre una agresión machista se ponga siempre en duda y se la culpe por sistema.

Es que los hombres no podemos no violar, no te vistas así.

Es que los hombres no podemos no pegarte una paliza en nombre del amor, no me hagas enfadar.

Tú te lo has buscado.

Porque claro: Lo mejor para que un hombre no comparta un vídeo sexual tuyo es que no te grabes, ¿no?

No que el hombre no lo comparta como venganza machista, no.

Que tú no tengas libertad sexual porque los hombres son unos mierdas.

Así tú, mujer, te responsabilizas también de lo que te hacen los hombres.

No te basta con parirlos, amamantarlos, destetarlos, cuidarlos, vestirles, darles de comer, limpiarles, amarles, satisfacerles, que encima tienes que asumir que lo que te pasa a ti por ser mujer es algo inevitable.

No me jodas.

Estoy harto de que los hombres escurran el bulto.

Que no digan: Eh, la verdad es que por supuesto que podemos no compartir un vídeo en el que sales desnuda, pero hemos aprendido que si lo compartimos el resto de hombres nos ven como más hombres.

Y eso está mal.

Y lo hacemos por lo mismo que insultamos a alguien aludiendo a su orientación sexual.

Porque nuestra masculinidad pende de un hilo.

Pero podemos mejorar, chicos, por supuesto que podemos.

Podemos ser mejores hombres.

Basta con escuchar y querer.

Para que el futuro de las mujeres y hombres.

Sea un sitio en el que la búsqueda de la igualdad.

Sea cosa del pasado.



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