Inventos creados por madres que marcaron un antes y un después
¿Sabías que inventos como el router y el Wifi, gracias al que estás leyendo estas líneas ahora mismo, fueron creados una mamá?
A pesar de que durante muchos años el papel de la mujer ha quedado relegado al ámbito doméstico, la patente de numerosos inventos de los que utilizamos en nuestro día a día se deben a mujeres que además eran madres. Hoy, aprovechando que el 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, os presentamos a algunas mujeres que pasaron inadvertidas por la historia, todas ellas eran madres inventoras.
Madres inventoras, las grandes olvidadas de la historia
¿Sabías que el lavavajillas lo inventó una madre? Fue Josephime Cohrane, después de que su marido muriera y la dejara arruinada; se reinventó y fundó su propia fábrica. Y no fue la única, muchas otras mujeres llevaron a cabo inventos que hoy están en todos nuestros hogares y nos hacen la vida más fácil a diario.
Sin embargo, muchas de ellas fueron invisibilizadas por ser mujeres o por su nacionalidad, como fue el caso de Mary Kenner. Ella inventó el cinturón sanitario para mujeres, lo que sería el precursor de las compresas. Cuando la empresa y el inversor que se habían interesado en comercializar su invento descubrieron que Mary era de origen afroamericano, se echaron para atrás y rehusaron hacer negocios con ella.
Por unas u otras razones, en las aulas los libros de texto mantienen una visión androcéntrica de la historia y las mujeres siguen siendo las grandes olvidadas. A pesar de que la sociedad avanza, la adecuación de contenidos se resiste, y aún a día de hoy un estudio realizado por Judith Gutierrez Sánchez, historiadora feminista, reveló que la presencia de mujeres en los libros de texto representan tan solo un 16.3%, frente al 83.7% de los hombres. En la actualidad esto sigue siendo así, tanto en colegios como en institutos.
Para celebrar este ocho de marzo, vamos a hablar de mujeres que realizaron importantes avances en ciencia y crearon inventos que marcaron un antes y un después. Todas además fueron madres que consiguieron conciliar su rol de amas de casa con sus proyectos profesionales y saltarse los prejuicios de su época. Gracias a ellas, hoy en día todos sus inventos nos hacen la vida más fácil a todas y todos.
Josephine Cochrane – La viuda que inventó el lavavajillas
Josephine Cochrane fue una inventora estadounidense que diseñó el primer lavavajillas funcional de la historia. Se casó con un político y comerciante que falleció con tan solo 45 años de edad dejando a Josephine arruinada, llena de deudas y con dos hijos.
Lejos de que su situación le hiciera sucumbir a la desesperación, Josephine se puso manos a la obra en la creación de un aparato que consiguiera lavar los platos de forma autónoma. Otros lo habían intentado anteriormente sin éxito. Y así Josephine creó el primer lavavajillas en 1893, que en lugar de utilizar un estropajo (como otros prototipos anteriores) utilizaba agua a presión.
Su primer prototipo se expuso en Chicago en la “Exposición Mundial Colombina” y su aparato ganó el primer premio por «La mejor construcción mecánica, duradera y adaptada al ritmo de trabajo». Cochrane no solo inventó el primer lavavajillas comercialmente viable, sino que dirigió su propia fábrica, “Garis-Cochran”, donde se fabricaban y distribuían sus lavavajillas.
Melitta Bentz – La ama de casa que inventó cafetera
Si eres una mamá que duerme poco debido a sus retoños, seguro que te cuesta imaginarte el día a día sin café. Pues bien, la primera cafetera que se inventó llegó de manos de una mujer y madre de dos hijos, Melitta Bentz, en 1908. Siendo ama de casa y estando inmersa en la crianza de sus hijos, Bentz cayó en la cuenta de que los precoladores y las bolsas de lino que se utilizaban para hacer café eran muy ineficaces. A menudo dejaban posos en la bebida y, además, eran muy difíciles de limpiar.
Intentó crear varias alternativas para solucionar estos inconvenientes hasta que se le ocurrió usar papel secante de uno de los libros del colegio de sus hijos para filtrar el café con él. El resultado es el que hoy conocemos. Un café libre de posos y con un sabor menos amargo, debido a que no necesitaba hervir tanto como con el sistema de las bolsas de lino. Melitta patentó su inventó y su agudeza comercial la llevó a tener un éxito abrumador, que se tradujo en premios, reconocimiento e importantes beneficios económicos.
Hedy Lamarr – La actriz que fue precursora del Wifi
Un invento sin el que ahora seguro que no podríamos vivir, es el router y el Wifi. Su precursora fue una mujer, Hedy Lamarr, una actriz de Hollywood famosa por ser la primera mujer que simuló un orgasmo en la historia del cine (en la película Éxtasis, en 1933). En 1940 ella desarrolló la primera versión del espectro ensanchado (técnica de modulación que se emplea en telecomunicaciones para transmitir datos digitales y por radiofrecuencia) que permitiría las conexiones a larga distancia.
Lamarr, que era judía, escapó de un matrimonio nazi y se convirtió en espía para el gobierno de EEUU, al que brindaba toda la información que conocía a través de su marido. En este contexto, Hedy se lanzó a crear un sistema de comunicación secreto mediante el cual los aliados pudieran comunicarse pero que fuera indescifrable para sus enemigos. Este sería el germen de lo que hoy conocemos como el sistema Wifi y los routers. Vaya, que podemos decir que tú estás leyendo estas líneas ahora mismo gracias a una mujer.
Marion O’Brien – La modelo que creó los pañales desechables
Marion O’Brien fue una empresaria e inventora estadounidense. Graduada en Literatura inglesa, también era modelo y trabajó para revistas tan prestigiosas como Vogue. En 1946 nació su primera hija y, como tantas otras madres del momento, tuvo que enfrentarse a la tediosa tarea de lavar los pañales, que en ese momento eran de tela sujeta con imperdibles.
Primero, Marion O´Brien inventó un cubre-pañal en 1946 que ya ahorraría gran parte de la limpieza, ya que impedía que las heces o el pis de los niños se saliesen. Después decidió fundar su propia empresa y con los beneficios que obtuvo con la comercialización del cubre-pañal, se lanzó a diseñar el pañal desechable que fue perfeccionando con el paso del tiempo.
Los pañales no fueron sus únicos inventos, también creó el hilo dental, la jabonera y la goma elástica que ayuda a ajustar las prendas. Todos sus inventos tenían como fin mejorar la calidad de vida de las amas de casa facilitando sus tareas cotidianas.
Virginia Apgar – La médica que desarrolló el Test de Apgar
Virginia Apgar fue una médica procedente de EEUU que se especializó en anestesia aplicada a la obstetricia y pediatría y además fundó el campo de la neonatología. Aunque nunca se casó ni tuvo hijos propios, ha salvaguardado la salud de nuestros bebés desde la década de los 50. Su mayor aportación fue a la ciencia en el ámbito sanitario con el Test de Apgar, que desarrolló en 1953, y ha salvado desde entonces la vida de millones de niños.
El test de Apgar, llamado así en homenaje a su inventora, consiste en un sistema de puntuación que se realiza al recién nacido para evaluar aspectos como la respiración, el pulso, la gesticulación, la actividad y la apariencia del recién nacido; con el objetivo de detectar precozmente cualquier posible problema y poder tratarlo cuanto antes.
Julia Montoussé Frages y su hija Julia Rodríguez-Maribona – Las inventoras no reconocidas de la fregona
Julia Montoussé Frages y Julia Rodríguez – Maribona, madre e hija, inventaron la fregona en 1953 y pusieron a las mujeres en pie en sus hogares, literalmente, puesto que hasta entonces la limpieza de los suelos se había hecho con trapos y de rodillas.
A pesar de haber sido inventada por ellas, no pudieron patentarla ya que se consideró su artefacto un “modelo de utilidad” con el curioso título “Dispositivo acoplable a toda clase de recipientes tal como baldes, cubos, calderos y similares, para facilitar el fregado, lavado y secado de pisos, suelos, pasillos, zócalos y locales en general”, pero sin ser reconocida como invento.
Once años después, el diseño de Julia Montousé Frages y Julia Rodríguez fue adquirido por la fábrica de artículos de uso doméstico “Manufacturas Rodex” del ingeniero Manuel Jalón, quien patentó la fregona a su nombre, llevándose todo el mérito y reconocimiento comercial.
Julia Monteousé y Julia Rodríguez nunca fueron reconocidas como las inventoras de la fregona debido a esa diferencia jurídica entre “modelo de utilidad” e “invento patentado” y durante muchos años se ha atribuido a un hombre un invento que fue ideado, diseñado y llevado a cabo por mujeres.
Helen Free – La química que creó la tira reactiva de orina y fue precursora del test de embarazo
Helen Free es una química y educadora estadounidense, actualmente jubilada después de una carrera con numerosos reconocimientos, como la Medalla Nacional de Tecnología e Innovación que recibió de manos del ex-presidente de EEUU, Barack Obama. No es para menos, y es que el invento de esta madre de seis hijos revolucionó las pruebas diagnósticas: en 1956 creó las tiras reactivas de inmersión, que se utilizaban para detectar glucosa en la orina.
Las tiras marcaron un antes y un después en las pruebas diagnósticas y fueron determinantes para mejorar la calidad de vida de las personas diabéticas. A partir de estas primeras tiras, Helen desarrolló otras para detectar diferentes indicadores claves. Por ejemplo, la presencia de gonadotropina coriónica presente en las mujeres embarazadas, y cuyo sistema se mantiene hoy en día en los tests de embarazo.
Ann Moore – La enfermera pediátrica que inventó la mochila portabebés
El invento de Ann Moore fue el más importante del s. XX. Así le fue reconocido por el Wall Street Journal en los años 80. Moore inventó la primera mochila portabebés. Como no podía ser de otra manera, Ann era madre. También era enfermera pediátrica y dedicó su carrera a trabajar como voluntaria en los cuerpos de paz en África, donde quedó impresionada viendo cómo las madres africanas (concretamente de Togo) porteaban a sus bebés y los inmensos beneficios que tenía para los bebés mantenerse cerca de sus madres. En sus propias palabras, eran bebés “más calmados y más alegres”.
Cuando ya de vuelta a Colorado, su tierra, tuvo junto a su marido a su primera hija, Ann Moore recordaba cómo las mujeres de Togo porteaban a sus bebés y sentía la necesidad de poder hacer lo mismo con su hija. Intentó utilizar un pañuelo africano que había adquirido durante su estancia en África, pero no era capaz de dar con una técnica realmente funcional para ella y su bebé. Comenzó, entonces, a trabajar en el diseño de una mochila portabebés que llevaría por nombre “la Snugli”, en 1969.
Poco tiempo después, y debido al éxito que su mochila tenía, decidió patentar su invento. La mochila rápidamente caló en la sociedad americana y cambió la relación que hasta ese momento madres y padres tenían con sus hijos. Anne Moore nunca habló de su portabebés como un invento. Afirmaba que no creó la idea desde cero, sino que desarrolló un modelo a partir de un objeto que ya existía no solo en África años antes, sino desde los inicios de la humanidad, como bien afirman numerosos antropólogos.