The Global Gender Gap Report 2018
Educación, género y trabajo
Actualmente, la tecnología y la globalización transforman las maneras en que podemos trabajar y aprender, y alteran los sistemas de capacitación y educación que han permanecido estáticos y sin la financiación adecuada por décadas. Las brechas de género prevalecientes únicamente han derivado en más ineficiencia y desigualdad, pese a que las métricas actuales no reflejan adecuadamente la expansión de los contratos laborales independientes derivados de los servicios de traslado compartido y otros servicios catalogados como “gig economy”(o trabajos temporales). Deben implementarse iniciativas más sólidas para garantizar que el talento se desarrolle e implemente a favor del mayor beneficio de las economías y sociedades, mediante la movilización de empresas, gobiernos y sociedades civiles a fin de tener objetivos en común y tomar acciones colaborativas.
Argumentos a favor de la paridad de género
El mejorar la igualdad de género puede reducir la mortalidad infantil y aumentar las tasas de participación laboral
A pesar de que los argumentos económicos a favor de la igualdad de género surgen una y otra vez desde el lanzamiento de la primera edición del Informe global sobre la brecha de género del Foro Económico Mundial el año 2006, es necesario prestar más atención a este asunto para poder garantizar un apoyo adecuado a gran escala y enfrentar las desigualdades. Existe un argumento claro basado en los valores para promover la igualdad de género: las mujeres constituyen la mitad de la población mundial y merecen un acceso igual a la salud, la educación, el potencial de ingresos, la participación económica y la toma de decisiones políticas. La igualdad de género es una parte fundamental en las sociedades en desarrollo, y el aumento de esta en la educación puede reducir las tasas de mortalidad infantil, aumentar los ingresos y la participación en la fuerza laboral, y fomentar una mayor inversión en la educación de los niños. Por otra parte, en el ámbito político, la participación de las mujeres en la vida pública ha demostrado tener un amplio impacto positivo en la desigualdad social. En un esfuerzo por determinar los temas más urgentes que se deben abordar relacionados con el género, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico distribuyó cuestionarios el 2016. Al año siguiente, la OCDE publicó los resultados; el tema seleccionado con más frecuencia fue la violencia contra la mujer, la cual, según la OCDE, sigue siendo una pandemia, ya que se estima que alrededor del 35 % de todas las mujeres del mundo han sufrido violencia física o sexual por parte de una pareja o violencia sexual por parte de otra persona que no sea la pareja. El segundo tema que se seleccionó más en el cuestionario fue el hecho de que a las mujeres se les paga menos que a los hombres por realizar el mismo trabajo. Como se destacó en el Informe global sobre la brecha de género 2017 del Foro Económico Mundial, el garantizar la plena participación de la mitad de los talentos del mundo afecta al crecimiento económico, la competitividad, la preparación para el futuro de las empresas y las economías. Según el Índice de mujeres en el trabajo (Women in Work Index) de PwC del 2017, el lograr la igualdad económica de género podría sumar un adicional de USD 250 000 millones al PIB del Reino Unido, USD 1750 millones al de EE. UU., USD 320 000 millones al de Japón y USD 310 000 millones al de Alemania. Por otra parte, China podría agregar USD 2,5 billones a su PIB para el 2020 eliminando su brecha de género, según un informe publicado por McKinsey & Company el 2015. Para los líderes de negocios, el enfrentar las barreras de la igualdad de género puede abrir nuevas oportunidades. Por ejemplo, en la encuesta El futuro de los trabajos del 2016 del Foro, los líderes de negocios informaron que el enfrentar los problemas de igualdad en su fuerza laboral podría ayudar a ajustarse mejor al cambio de género en la composición de su base de clientes y, por consiguiente, mejorar la toma de decisiones y la innovación de las empresas.
Dinámicas de género en los futuros empleos
Las industrias se podrían beneficiar de un mejor equilibrio de género entre los empleados, incluidos los líderes superiores
Creación de empleos
La economía global se tarda en generar nuevos empleos, lo que crea una necesidad de nuevos enfoques
Conciliación de la vida familiar y laboral
Las políticas innovadoras relacionadas con el cuidado de la familia están atrayendo a más mujeres a la fuerza laboral
Nuevos modelos de trabajo
La mayoría de los empleos recientemente creados son temporales, de medio tiempo o independientes, aunque es posible que los datos oficiales no reflejen estoA diferencia del empleo permanente a tiempo completo, los empleos temporales o de medio tiempo e independientes, por lo general, no se representan correctamente en las estadísticas laborales tradicionales (tanto en las economías en vías de desarrollo como en las avanzadas). Este es un problema urgente, dado que la investigación recientemente publicada en EE. UU. demostró que una gran parte del crecimiento del empleo neto desde el año 2005 ha ocurrido en la categoría de trabajo por cuenta propia o independiente, lo que significa que lo que por mucho tiempo se consideró como un trabajo «no estándar» se está transformando en la nueva realidad. Se debe actualizar la clasificación del trabajador y la regulación laboral relacionada a fin de satisfacer las necesidades de los crecientes segmentos de la fuerza laboral mundial. Por ejemplo, se estima que para el año 2027 más de la mitad de los aproximadamente 145 millones de trabajadores estadounidenses entrarán en la categoría de «trabajadores independientes»; sin embargo, en muchos países no existen normas jurídicas vigentes definidas sobre lo que significa ser un empleado real en lugar de un trabajador contractual. Claramente, se debe reconocer de forma oficial una mayor variedad de modelos de trabajo. También es importante que exista una mayor disponibilidad de información, investigación y datos relacionados, y que los estándares de medición y la terminología relevante se unifiquen en todos los países. Por ejemplo, la «gig economy» (economía por encargo) en línea, que está creando nuevos canales digitales para trabajar de forma independiente mediante actividades económicas innovadoras, casi no se considera en las estadísticas actuales. Por ejemplo, los datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. en el 2017 en realidad mostraron una sorprendente disminución en la cantidad de empleados estadounidenses con «acuerdos laborales alternativos» en comparación con el 2005, según un informe publicado en el 2018 por la Institución Brookings. La mayoría de los estudios relacionados son parciales y se apoyan en algunas pocas plataformas de talento digitales para compartir datos, y unos pocos países realizaron estudios generales del mercado laboral que incluyen estas nuevas formas de trabajo. En el lugar de trabajo moderno, los gestores tienen más probabilidades de supervisar a los grupos geográficamente dispersos y diversos, evaluar el rendimiento de los trabajadores con nuevos tipos de análisis y ampliar sus búsquedas de nuevos reclutas para entornos no tradicionales. La disposición y productividad del futuro dependerán de una capacidad de modificar los lugares de trabajo; para el 2022, más de la mitad de los empleados del mundo necesitarán volver a capacitarse y mejorar sus competencias laborales, según el informe El futuro de los trabajos del año 2018 del Foro Económico Mundial.
Habilidades del siglo XXI
Los cursos de aprendizaje se actualizan con muy poca frecuencia y, por lo general, no se adaptan a la cuarta revolución industrial
Los programas educativos que imparten los conocimientos y las habilidades que son realmente pertinentes para el lugar de trabajo moderno ayudan a construir las identidades de los estudiantes adelantados, desarrollan valores de ciudadanía local y global, y fomentan la creencia de que las habilidades no cognitivas básicas son esenciales. La educación crea la base para el futuro aprendizaje de nuevas habilidades y la realización personal, y para la identidad cívica. Como se señala en el documento técnico Reconocer el potencial humano en la cuarta revolución industrial del año 2017 del Foro Económico Mundial, los programas educativos no pueden ser permanentes, ya que las trayectorias profesionales cambian más rápido y son menos lineales que nunca antes. Existe un amplio consenso que indica que es probable que ninguna habilidad o área de especialización pueda mantener una carrera profesional a largo plazo en las economías del futuro. Las instituciones educativas tienen que proporcionar una exhaustiva formación en el tema y la capacidad de hacer conexiones interdisciplinarias. El informe El futuro de los trabajos del año 2016 del Foro Económico Mundial señaló que las competencias básicas del siglo XXI, tales como la resolución de problemas complejos, el pensamiento crítico, la creatividad, la colaboración y la alfabetización digital, son importantes para permitirles a las personas ser lo suficientemente flexibles para adaptarse a las necesidades de cambio del mercado laboral. Idealmente, estas habilidades se desarrollan a una edad temprana, en la educación básica, y luego se mejoran en institutos y universidades, así como durante el aprendizaje continuo. Los programas escolares preparados para el futuro deben entregar una base sólida de lingüística fundamental, matemática y habilidades tecnológicas. Sin embargo, la constante demanda de habilidades en las industrias exigirá que los programas escolares se actualicen y adapten de forma regular, a medida que se conozca la evolución de los mercados laborales. Las actualizaciones de los programas escolares se deberían implementar en el sistema progresivamente y, de ese modo, evitar la alteración excesiva y el desfase temporal de implementación asociado con cambios poco frecuentes y grandes. Con el fin de garantizar que la educación se relacione con el trabajo, es muy importante que se ponga un mayor énfasis en las perspectivas que incluyan la sociedad civil, los negocios y el gobierno en el proceso de creación de los programas escolares.