Frances Benjamin Johnston (EE.UU, 1864-1952)
Considerada la primera fotorreportera de la historia, ironizaba sobre los roles de género con fotos muy cañeras para su época y animaba a las mujeres a independizarse económicamente para vivir libres. Su prestigio fue tan grande que hasta cinco presidentes seguidos la llamaron para tomar fotos en la Casa Blanca. Un amigo de sus padres, George Eastman, fundador de la Eastman Kodak Company le regaló una cámara y nunca dejó de usarla hasta su muerte a los 88 años.
imogen Cunningham (EE.UU., 1883-1976)
Imogen Cunningham compró su primera cámara a los 18 años, por correo y se quedó fascinada pero estudió Química y Botánica. Tras conocer el trabajo de la mítica Gertrude Kasebier, otra grande, decidió dedicarse de lleno a la fotografía y consiguió admirar y, también, escandalizar a la sociedad con las imágenes que sacaba de su marido desnudo, como un fauno en el bosque. Además, inventó el ‘robado fotográfico’, ya que le encantaba pillar a las personas cuando no se daban cuenta. Ojalá pronto una película sobre su vida.
Dorothea Lange (EE.UU, 1895-1965)
Aunque le costaba caminar porque de niña tuvo poliomielitis, Dorothea Lange estudió fotografía y se convirtió en una extraordinaria fotoperiodista, considerada una de las documentalistas más importantes de la Gran Depresión americana. Su obra consiguió que el gobierno federal decidiera ayudar a las personas de las zonas agrícolas, gravemente afectadas, que Lange mostraba en sus fotos.
Margaret Bourke-White (EE.UU, 1904-1971)
Con el apodo de ‘Maggie la indestructible’, se convirtió en una experta en romper techos de cristal: fue la primera fotógrafa extranjera autorizada a hacer fotos de la industria soviética, la primera mujer fotógrafa de la revista ‘Life’ y la primera corresponsal de guerra. Figura clave del periodismo gráfico americano, sus imágenes de la liberación de los prisioneros de los campos de concentración nazis o de la lucha no violenta de Ghandi son impresionantes. Como lo es la belleza de sus fotos sobre arquitectura, otra de sus pasiones.
Dora Maar (Francia, 1907-1997)
Nacida en París y criada en Argentina, fue unaujer muy libre, algo que se refleja en su obra. Trabajó como fotógrafa para para Chanel, Schiaparelli y Lanvin, los grandes nombres de la moda francesa en aquel momento, pero también fotografiaba desnudos para revistas eróticas. Se convirtió en un referente en el movimiento surrealista y Man Ray declaró su admiración por su fotografía. Al comenzar una apasionada relación con Pablo Picasso, este la convenció para que dejara la fotografía. Dicen que no soportaba que ella lo superara en esa manifestación artística. También destacó como pintora. Si quieres profundizar en su arte, el documental ‘Dora Maar, a pesar de Picasso’, de de la historiadora de arte Victoria Combalía y Alejandro Lasala es una joya.
Lola Álvarez Bravo (México, 1907-1993)
Su nombre real era Dolores Martínez de Anda, pero tomó los apellidos de su marido, el también fotógrafo Manuel Álvarez Bravo, incluso después de su divorcio. Ella fue una fotógrafa visionaria y precursora del fotomontaje. Retrató a algunos de los personajes más importantes de su país, pero además le interesaba documentar la vida de los pueblos. Una de sus serie más celebradas es la que hizo, entre 1944 y 1946, a su amiga Frida Kahlo en la casa azul, donde residía la pintora. Además de dar clases y continuar su carrera fotográfica, dirigió el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura de México.
Gerda Taro (Alemania, 1910-1937)
Su nombre real era Gerta Pohorylle. Pionera del fotoperiodismo, fue la primera mujer fotógrafa que murió en el frente, en la Guerra Civil Española en 1937, con solo 26 años. Sin embargo, su obra quedó oscurecida por la de Robert Capa, el famoso sobrenombre que creó ella para firmar su trabajo y el de su pareja, el fotógrafo húngaro Endre Ernő Friedmann. Se dice que, tras su muerte, él no volvió a mencionar su nombre y se quedó con la fama y, también, con las fotos de Gerda Taro; además Friedmann –o la mitad de Robert Capa- cofundó la mítica agencia de fotografía Magnum Photos.
Eve Arnold (EE.UU, 1912-2012)
Hija de inmigrantes rusos, Eve Arnold estudio fotografía y uno de sus primeros encargos, unos desfiles en Harlem, llamaron la atención de Henri Cartier-Bresson y Robert Capa, que la invitaron a unirse a la Agencia Magnum. Algunas de sus fotos son iconos del siglo XX, como las series que hizo a Marilyn Monroe, de quien se hizo íntima amiga, o de Malcom X. Como retratista era capaz de captar el alma de las personas. Además, sus reportajes de denuncia de la pobreza y el hambre son antológicos.
Inge Morath (Austria, 1923-2002)
En 1955 Inge Morath se convirtió en la primera mujer que entró en la Agencia Magnum como miembro de pleno derecho. La mirada de esta gran fotógrafa se comenzó a pulir editando las hojas de contacto de Henri Cartier-Bresson y escribiendo textos, pero que pronto se ganó un nombre propio. Ella solía decir que aprendió a fotografiar aún antes de tener la cámara en la mano. Entre su obra destacan sus series de los Sanfermines –era una enamorada de España, donde decía que había vivido su segunda adolescencia– y las fotografías que hizo de Marilyn Monroe durante el rodaje de ‘Vidas rebeldes’. Allí conoció al dramaturgo Arthur Miller, con quien se casó y, aunque bajó mucho su producción tras la boda, continúo haciendo fotos hasta su muerte. Su relevancia fue tal, que la agencia Magnum creó el premio Inge Morath, que se entrega cada año a una fotógrafa destacada menor de 30 años.
Diane Arbus (EE.UU, 1923-1971)
Dueña de un estilo único, Diane Arbus primero triunfó en revistas de moda como ‘Harper’s Bazaar’ o ‘Esquire’ en tándem como fotógrafa con su marido. Sin embargo, pronto voló sola para fotografiar personas marginadas, su verdadero objeto de interés. A quienes vivían en los márgenes de la sociedad los consideraba ‘aristócratas’ y lograba visibilizarlos con impresionantes imágenes. Además, fue pionera en la utilización del flash de día. Como una Sylvia Plath de la fotografía, Diane Arbus no consiguió vencer a sus demonios internos y se quitó la vida a los 48 años. Su legado es de un valor insestimable.
Isabel Steva ‘Colita’ (España, 1940)
Nacida en Barcelona, Isabel Steva ‘Colita’ (conocida con el sobrenombre de Colita) ha sido una de las fotógrafas españolas más relevantes, tanto en prensa como en cine. Además, como gran amante del flamenco, realizó impresionantes retratos a miembros destacados de este, pero también de Joan Manuel Serrat, al que incluso dedicó una exposición. Sus fotografías eran modernas y muy avanzadas para la época. Sigue teniendo un estilo único que puede admirarse en los más de 30 libros de fotografía que ha publicado. Gran luchadora por los derechos de la mujer a través de sus imágenes, ella misma comisarió una en el Palau Robert de Barcelona, con la historiadora Mary Nash, para recuperar a las fotógrafas olvidadas. Ganadora del Premio Nacional de Fotografía en 2014, lo rechazó como protesta a la situación de la cultura y la educación en la España, y a la actuación del entonces ministro de cultura José Ignacio Wert y el presidente Rajoy. Guerrillera, siempre.
Graciela Iturbide (México, 1942)
En blanco y negro y con un lenguaje propio, que diluye el surrealismo en la tradición mexicana, la fotografía de Graciela Iturbide es sin duda una de las más destacadas e influyentes de América Latina, con una magia única. La muerte de su hija cuando era pequeña hizo que buscara respuestas en las imágenes. Mujeres que parecen pájaros, iguanas entrelazadas con los cabellos… El resultado es como mirar un pozo de agua oscura, enigmática, atrayente, que te atrapa. Su obra ha sido expuesta en algunas de las pinacotecas más importantes del mundo como el Centre Pompidou, en el San Francisco Museum of Modern Art o la Fundación MAPFRE. Quizá su fotografía másemblemática es ‘Nuestra Señora de las Iguanas’, en el Museo de Brooklyn.
Christine Spengler (Francia, 1945)
Extraordinaria reportera de guerra y una mujer fascinante, Christine Spengler cubrió conflictos en Chad, Irlanda del Norte, Vietnam, Camboya o Irán. Y se coló en Afganistán para documentar el paso de los talibanes arrisgando su propia vida.‘Entre la Luz y la Sombra’, su autobiografía se lee como si fuera una apasionante película. De momento, podemos verla en el documental ‘Moonface. Una mujer en la guerra’, de Xavi Herrero, que recibió una Biznaga de Plata en la sección ‘Afirmando los derechos de las mujeres’, que dirige la directora de documentales Mabel Lozano en el Festival de Málaga.
Annie Leibovitz (EE.UU, 1949)
Abran paso, que llega la Leibovitz. Seguramente, la retratista más influyente de la segunda mitad del siglo XX y de lo que llevamos del XXI, al menos en cuanto a la fotografía editorial, además de la mejor pagada. Galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, sus retratos a ‘celebs’ son memorables y han sido versioneados hasta la saciedad. Ella fue la última en fotografiar a John Lennon con su esposa Yoko Ono, antes de que asesinaran al ex Beatle. También son suyos retratos que hicieron época, como la portada de Demi Moore y su abultado viente de embarazada y que fue elegida como la segunda mejor portada de los últimos 40 años por la Sociedad Americana de Editores de revistas. Si no lo has visto, busca en Google que merece la pena. Fue pareja de la escritora Susan Sontag hasta la muerte de la ensayista en 2004. Una preciosa relación de la que habla en el recomendable libro ‘Vida de una fotografa 1990-2005’.
Cristina García Rodero (España, 1949)
La fotógrafa española más reconocida internacionalmente, triunfó con ‘España Oculta’ , una espectacular obra visual sobre las tradiciones y costumbres de nuestro país. Cristina García Rodero es una de las fotógrafas documentalistas más importantes del mundo, un referente. Su fotografía tiene una fuerza y una vida que traspasa. Seguramente es algo que consigue porque se moja hasta las cejas en cada reportaje, casi parece mimetizarse en ellos. Ella es la primera fotógrafa española miembro de la mítica agencia Magnum. Puedes ver obra suya en los principales centros de arte contemporáneo del mundo, incluyendo el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el IVAM o el MUSAC. Ha recibido numerosos galardones como el Premio Nacional de Fotografía, el World Press Photo o el Premio Eugene Smith de Fotografía Humanista. En 2018 se inauguró en Puertollano (Ciudad Real), el Museo Cristina García Rodero, el primer museo dedicado a una fotógrafa en España. No nos extraña porque es una diosa pegada a una cámara de fotos.
Isabel Muñoz (España, 1951)
Dice en la biografía de Isabel Muñoz que su obsesión “por hallar un soporte idóneo para reproducir la pie” la llevó a formarse con diversos expertos. Sin duda, su afán y su esfuerzo técnico queda reflejado en su obra y en la fuerza que tienen las personas –los cuerpos– que fotografía, de una belleza y una expresividad que te deja sin palabras. Pero hay más, mucho más en la obra de la ganadora del Premio Nacional de Fotografía 2016, que además de la estética, tienen una gran expresividad ya que, como ella asegura, parten siempre de sus emociones. Su obra se puede contemplar en pinacotecas como el Nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York o el Museo de Arte Contemporáneo de Houston, entre muchos. Además, hay que hacer mención especial a sus trabajos sobre la infancia, que la han hecho merecedora del Premio Nacional UNICEF España 2010.
Cindy Sherman (EE.UU, 1954)
Soñaba con ser pintora y estudió arte, pero mientras lo hacía descubrió que con una cámara podría desarrollar toda su expresividad. Así lo hizo y Cindy Sherman se convirtió en una figura clave del arte contemporáneo. Ella es la protagonista absoluta de su obra con sus icónicos autorretratos, precursora además de los filtros que ahora nos enloquecen a todos. Disfrazada, versátil y camaleónica, realiza verdaderos ‘performances’ ante su propia cámara. Ella asegura que serlo le permite trabajar con total libertad. Con sus imágenes cuestiona los estereotipos que persiguen a las mujeres, o pone el foco en el sexismo y el consumismo de la sociedad o la denuncia de la violencia de género.
Anne Geddes (Australia, 1956)
Fotógrafa australiana, Anne Geddes se hizo famosa en todo el mundo por sus sus icónicas retratos de recién nacidos. Tanto, que ha vendido más de 18 millones de libros en todo el mundo, además de un montón de ‘merchandising’ relacionado (tarjetas de felicitación, pósteres, calendarios…). Sus fotografías, de apariencia sencilla, esconden sin embargo un alarde de técnica. Ella se define como una fotógrafa “de estudio” y asegura que lo que más le gusta es narrar historias. Los niños le apasionan porque considera que son el futuro y que, sin embargo, no les prestamos toda la atención que deberíamos. Tanto es su compromiso con la infancia que es embajadora de la iniciativa ‘Shot at Life’, de Naciones Unidas, cuyo objetivo es que llegues vacunas a todos los países del mundo.
Shirin Neshat (Irán, 1957)
Shirin Neshat nació en Irán en una familia acomodada, donde recibió una educación que mezclaba los valores tradicionales musulmanes con un espíritu progresista. En 1974 se mudó a estudiar a Estados Unidos, donde decidió quedarse a vivir. Si es su infancia las mujeres iraníes iban con minifalda y se relacionaban con libertad, cuando visitó su país tras la Revolución Islámica de Jomeini, descubrió que los hombres no la miraban a los ojos, mientras las mujeres se cubrían con el velo. Esa dicotomía despertó en ella la necesidad de explorar la identidad de las mujeres iraníes. El resultado es espectacular. Sus fotografías, en las que muchas veces ejerce ella misma de modelo, hablan de religión, política, violencia, feminismo y libertad. La serie ‘Mujeres de Alá’ es uno de los estudios más profundos sobre las paradojas que viven las mujeres musulmanes que se han realizado hasta la fecha. En ella es muy característico el uso de caligrafía superpuesta en las imágenes. Desde 1996 tiene prohibida la entrada en Irán.
Ouka Leele (España, 1957)
Sin duda, Ouka Leele fue la gran fotógrafa de la movida madrileña, pero su trabajo traspasó aquellos locos años 80 y, en 2005, recibió el Premio Nacional de Fotografía. Aunque comenzó haciendo en blanco y negro, cuando se pasó al color su carrera despegó como un cohete. De hecho, sus imágenes pintadas y el descarado y personal uso del color una de las características que hacen más reconocible su obra, como también lo es un toque surrealista posmoderno único. La verdad es que cualquier pared del mundo se vería mucho más interesante con una foto de Ouka Lele colgada en ella.
Francesca Woodman (EE.UU, 1958-1981)
Francesca Woodman Sus fotos son magnéticas, de esas que generan emociones y te hacen pensar. Ella misma solía ser la protagonista de sus retratos en blanco y negro. Nadie mejor para realizar un profundo estudio sobre la esencia de ser mujer, de una manera adelantada a su tiempo que marcó un camino a seguir. En su obra hay mucho de surrealismo y una simbología muy personal, como el uso de sombras, espejos, máscaras o animales. Imágenes con mucho movimiento interno que muestran su fascinación por los ángeles y por la idea de la metamorfosis, del cambio. Imágenes enigmáticas de una fotógrafa que murió muy joven –se suicidó a los 22 años–, y que pasó su corta pero intensa carrera sumida en una constante búsqueda de su yo.
Rineke Dijkstra (Países Bajos, 1959)
La fotógrafa holandesa Rineke Dijkstra Ganadora del Premio Internacional de Fotografía Hasselblad 2017 –uno de los más importantes del sector– por sus 30 años de carrera, la fotógrafa holandesa Rineke Dijkstra ha conseguido un estilo propio y muy reconocible en sus retratos de menores y jóvenes a los que capa y de los que suele contar una historia que va más allá del momento fotografiado. Sus obras de gran formato te dejan impresionada. Tanto que esta periodista se compró una postal de una de sus fotografías de la serie ‘Retratos de la playa’, en la que fotografíó a menores en playas de Estados Unidos y de Europa. Puedes ver su obra en pinacotecas como la Tate Gallery en Londres, la National Gallery of Art en Washington DC y la Goetz Collection de Munich.
Montserrat Soto (Barcelona, 1961).
Premio Nacional de Fotografía en 2019 por «su interés en la investigación en el lenguaje de la fotografía y el vídeo, con el fin de llevarlos a un espacio expandido, subrayando el carácter ilusorio de los medios con los que trabaja». Las imágenes de Montserrat Soto exploran los espacios, con el vacío de protagonista; su objetivo es comprender al ser humano a través de su relación con ambos. Obras de gran formato que logran que casi te sientas dentro de la foto. Además, realiza interesantes videoinstalaciones con las que provoca emociones en los espectadores y reflexiones sobre la mano humana y la naturaleza, como Tracking Madrid un proyecto concebido para el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Si quieres ver su obra en directo, su exposición ‘Doom City. Del ser nómada al ser sin lugar’ está en el Jardín Botánico hasta el 29 de agosto.
Maya Goded (México, 1967)
La fotografía de Maya Goded destaca por una profunda empatía hacia sus retratados. Tanta, que se funde con ellos y permite a quien mira sus imágenes, además de ver, comprender realidades. Ganadora de premios como el World Press Photo, en 2001 recibió el prestigioso premio W. Eugene Smith Fund Award por ‘Plaza de la soledad’, una espectacular serie fotográfica sobre la prostitución en la ciudad de México, expuesta, entre otros, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y que ha convertido en un documental homónimo, dirigido por ella misma y que estrenó en 2016 en el Sundance Film Festival. Con esta película ha ganado múltiples reconocimientos, como el Premio especial del jurado en el Festival del Nuevo Cine Iberoamericano (La Habana), a Mejor dirección en el Festival Cinema Tropical de Nueva York o el Premio del Público en el festival Derechos Humanos en Argentina.
Ami Vitale (EE.UU, 1971)
Fotoperiodista y creadora de documentales especializada en la naturaleza, Ami Vitale trabaja para National Geographic, ha recorrido más de 100 países y ha ganado premios como el World Press Photo. Uno de sus reportajes más chulos nació de los tres años que pasó haciendo retratos a pandas en China, para contar el proceso de cría y reintroducción en su hábitat de estos animales. Si te flipan los animales, te vas a enamorar de su trabajo, advertida quedas. https://www.instagram.com/p/CHzDnTgBlES/?utm_source=ig_web_copy_link
Rinko Kawauchi (Japón, 1972)
Las imágenes de Rinko Kawauchi poseen toda la belleza de los haikus, esos pequeños poemas japoneses que son capaces de transformar los momentos más ordinarios de la vida en pura poesía. Del mismo modo, Rinko Kawauchi, una de las fotógrafas más prestigiosas de Asia, consigue transformar su cotidianeidad en una expresión plástica de absoluta belleza y serenidad. Vaya, que te quedas enganchada a sus fotos por la paz que te transmiten. Su obra ha recorrido algunos de los museos y galerías más importantes del mundo, como el Instituto de Artes de Minneapolis o el Museo de Arte Moderno de Sao Paulo.
Lynsey Addario, (EE.UU, 1973)
Fotoperiodista estadounidense, Lynsey Addario trabaja para medios como National Geographic, Time o The New York Times. Profundamente comprometida con los Derechos Humanos, además cuestiona los roles de género y los sesgos de género que limitan a las mujeres. Ella ha cubierto conflictos en Afganistán, Irak, Darfur o el Congo y, en 2011, fue secuestrada en Libia junto con otros tres periodistas. Oprah Winfrey la nombró una de las mujeres más influyentes de 2010 y la American Photo la eligió como una de las cinco fotógrafas más importantes de los últimos veinticinco años. Su autobiografía, ‘En el instante preciso. Vida de una fotógrafa en el amor y en la guerra’, https://www.amazon.es/En-Instante-Preciso-Fot%C3%B3grafa-Guerra/dp/B08CL1CPF4 fue premio Premio Pulitzer en 2009. Steven Spielberg compró sus derechos para convertirla en película, se dijo que con Jennifer Lawrence de protagonista.
Aïda Muluneh, (Etiopía, 1974)
La invisibilidad de las mujeres fotógrafas del continente africano es sangrante porque la imagen de África viene contada por los ojos occidentales y, en general, masculinos, y porque las hay, de mucho talento, pero no las conocemos. Ellas tienen que luchar contra el colonialismo visual, además de con el patriarcado. Por eso, esta lista no estaría completa sin nombrar a una de las más relevantes, Aïda Muluneh, artista, comisaria y fotógrafa etíope y, seguramente, la fotógrafa africana más famosa. Ganadora del Premio de la Unión Europea en el Rencontres Africaines de la Photographie 2007 y el Premio Internacional de Fotografía CRAF 2010, vive en Addis Abeba y ha trabajado como fotoperiodista para The Washington Post. Su fotografía tiene un poderío visual espectacular, para el que utiliza símbolos africanos y maneja el color con mucho ‘power’ –ojalá una colaboración suya con Pedro Almódovar porque sería el cartelazo del siglo–. En su famosa serie ’99’, juega con el maquillaje blanco característico de gran parte del continente para unos enigmáticos retratos que te dejan flipada. Además de ser jurado del Sony World Photography Awards y el World Press Photo, se convirtió en la primera mujer negra en co-curadora de la exposición del Premio Nobel de la Paz. Su obra puede verse en la colección permanente del Museo de Arte Moderno (MoMA), el Museo Nacional de Arte Africano del Smithsonian, el Museo Hood, el Museo de Arte RISD o el Museo de Arte Bíblico en los Estados Unidos. Ella trabaja duro para acabar con la imagen estereotípica de las personas africanas que han generado los fotógrafos extranjeros y por eso, también, ha creado el Festival Internacional de Fotografía Addis Foto Fest, para promover esa necesaria mirada propia y diversa.
Cristina de Middel (España, 1975)
¿Fotoperiodista o artista? Ambas cosas, con una calidad tan alta que convirtieron a Cristina de Middel en miembro asociada de la agencia Magnum y premio Nacional de Fotografía 2017. Sus fotografía te increpa, te hace pensar. Tiene algo rebelde que cuestiona a quien la mira. Y, sin embargo, no es una fotógrafa demasiado publicada en nuestro país, paradojas españolas. En 2020 ganó el prestigioso premio Prix Virginia con un trabajo fotoperiodístico sobre la ruta de migración centroamericana a Estados Unidos. Ella explica en la web del galardón que “desde 2012, cuando publiqué ‘Afronautas’, he ido confirmando con cada nuevo proyecto la eficacia de las narrativas experimentales que coquetean con la ficción para canalizar mejor el mensaje. Estoy en constante búsqueda de problemas contemporáneos que sufren de estigmatización y, desde luego, la migración necesita ser abordada”. https://www.instagram.com/lademiddel/?hl=es https://www.instagram.com/p/BzGgvTWH-bl/?utm_source=ig_web_copy_link
Zhang Jingna (China, 1988)
Nacida en Beijing, Zhang Jingna a los ocho años se mudó con su familia a Singapur, donde estudió moda y fotografía. Reconocida por la crítica desde sus comienzos, a los 19 años ganó el premio Singapore Masters Photographer of the Year 2007, convirtiéndose en la artista más joven en lograrlo. Sus fotografías tienen un punto pictórico y fantástico, con influencias de la estética de la pintura prerrafaelita y el anime japonés. Colabora en revistas como Elle y Harper’s Bazaar, y hace campañas para firmas como Mercedes Benz, Montblanc y Lancôme. En 2018 apareció en la lista Forbes 30 menores de 30 años a seguir en Asia. También se la conoce como Zemotion.