El ingeniero de Google despedido por su manifiesto contra las políticas de igualdad denuncia a la compañía


El exempleado de Google James Damore, que redactó un manifiesto de distribución interna en el que cuestionaba la capacidad de sus compañeras, ha decidido demandar a la empresa de Silicon Valley por considerar que su salida no se ajusta a la legalidad.

Google despidió este martes a Damore después de que el memorándum se filtrase a las redes sociales, obligando a la vicepresidente de Diversidad, Integridad y Gobernanza de la empresa, Danielle Brown, a pronunciarse.

Brown, que defendió la diversidad y la inclusión como valores esenciales en el éxito empresarial, concedió que para crear un «entorno abierto e inclusivo» las personas con opiniones políticas diferentes deben sentirse seguras a la hora de expresarse.

No obstante, en el caso de Google, matizó que ese discurso «debe alinearse con los principios de contratación igualitaria» que rigen las leyes y políticas antidiscriminatorias y el código de conducta interno.

Por su parte, el máximo responsable de Google, Sundar Pichai, sostenía en una comunicación al personal de la empresa que después se difundió a través de la cuenta oficial de Twitter, que las valoraciones del ingeniero violaban el código de conducta de la compañía. «Ha cruzado una línea al promover estereotipos de género que causan daño en nuestro centro de trabajo», declaró el dirigente.

En el texto  La burbuja ideológica de Google, el autor exponía la teoría de que hombres y mujeres difieren en cuanto a habilidades, inquietudes y ambición en el campo tecnológico y laboral: «Los hombres tienden a sentirse más cómodos si trabajan con cosas en lugar de con personas. Los hombres son más agresivos a la hora de alcanzar cierto estatus, a subir los peldaños del liderazgo corporativo, frente a las mujeres que lo intentan y sienten gran ansiedad cuando piden un aumento. Estas diferencias, que están bien documentadas, no resultan chocantes para nadie familiarizado en la materia».

Damore argumentó también que la brecha de representación entre hombres y mujeres en la ingeniería de software persiste por las diferencias biológicas entre los dos sexos. También habría dicho que la empresa no debería ofrecer programas para minorías raciales o de género infrarrepresentadas. En Google, el 30% de los 46.170 empleados en todo el mundo son mujeres, cifra que se reduce al 17% cuando hablamos de empleados técnicos.

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